domingo, 11 de enero de 2015

Haz de tu corazón una roca impenetrable


Era difícil volver a recorrer esos caminos. Caminos que cursaba solo para estar con él. Aquella tarde se dirigía en busca de algo que realmente necesitaba. Unos documentos, nada relevante en esta historia. Lo aterrador de todo esto, era volver a visitar esos lugares. Esos donde se emocionaba con tan solo verlo.

Tenía miedo de lo que podría ver allí. Miraba a todos lados, se volteaba a ver a sus espaldas para ver si los encontraba, como si realmente quisiera ver lo que no quería ver. Se angustiaba, la ansiedad que le provocaba el sitio y el momento la convertían en una bomba de tiempo, cargada de llanto y desesperación. Se controla. Por momentos lo hacía. Recordó todo lo que vivió allí. Cosas felices y tristes, pero sin sabor a nada. Los momentos que pasó a su lado siempre fueron huecos, como una pared con poco soporte en su interior.

Sentía que lo odiaba y a la vez quería verlo. A ratos sentía que el sonido de su voz ya había desaparecido de su mente. ¿Lo estará olvidando? No creo que sea eso. Si ya lo olvidó, entonces para que continua alimentando recuerdos y sentimientos falsos. Ella no lo quería a su lado otra vez. Sin embargo, tenerlo tan lejos la agobiaba. El no saber que cosas él estaba haciendo sin ella la preocupaba. Seguro ya está muy feliz, eso es lo que quería desde un principio.

Aún no sabe de qué le sirvió tanto engaño de su parte. ¿A caso eso hace feliz a las personas de este siglo? La tristeza de unos alimentan el ego de otros. Cobró venganza de su pasado con ella. Jamás pensó que le haría esto. ¿Por qué a ella? Aconsejar a quienes él lastimó fue su castigo. Eso se preguntaba ella cada vez que analizaba a profundidad su desgracia. Él se vengó. Eso pudo ser. Ya nada le duele ni le importa. Vive en el mundo para saciar su sed de venganza. Qué frase tan repetitiva... Que actuación tan infantil.

Hace un tiempo atrás ella hacía lo mismo para con él. Se encerraba en una burbuja para evitar que todo este mal la arropara. Lo evitaba con el fin de que no se fijara en ella. Lo maltrató por el daño que le ocasionó a quienes una vez ella solía contar sus intimidades. No lo hizo para hacerle daño a propósito. Solo lo quería lejos. No pensó que eso le pudiera doler. Él no era de esos que poseían sentimientos. Que va... insistió tanto que ella pudo caer, después que había jurado no verlo de otra manera más. Él lo logró. Había conseguido lo que su ego con tanto esfuerzo se prometió obtener. Ella sabía que estaba a punto de ser herida también. Confió en él, eso no pasaría. No fue así. Pasó lo que tenía que pasar. Romper su corazón por alucinada era su objetivo, burlarse de ella su misión principal. Castigar a cualquiera que le pase por el frente era un pasatiempo.

No conocía nada sobre el amor, ni la amistad. Comprensión no era algo que formara parte de su banco de palabras. Él había cerrado su corazón a todos. Nada para él tiene importancia. No conoce de detalles, eso lo perdió hace mucho tiempo. Tal vez no lo aprendió. Tal vez solo trató de conocerlo, y al primer fallo lo dejó perder todo. Nada de esto tiene sentido, ninguna lógica aplica en esto. Las cuestiones del corazón no son teóricas. El amor no es vengativo, y no guarda rencor. Si alguien que amaste te hizo daño, nunca te quiso. Y si aún recuerdas a ese ser con dolor y desprecio no es amor. Si guardarás amor para con él, no buscarías hacer el mismo mal que esa persona te hizo por venganza. Enamorarse no es un juego.

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